El invierno está a punto de alcanzar su fin. La primavera llega en el hemisferio norte mañana hacia el mediodía.
Ese momento se conoce como el equinoccio vernal. Y, a lo largo de los siglos, ha tenido un papel muy importante en el desarrollo del calendario.
De hecho, la duración del año – y el propio concepto de año- se descubrieron siguiendo el ritmo de las estaciones. La primavera traía vida renovada al mundo después de la oscuridad invernal, así que se convirtió en el marcador estacional más importante, hasta el punto de que el periodo entre los equinoccios vernales definían la duración del año. Este periodo se conoce como el año tropical, y dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos.
Ese pequeño fleco de tiempo más allá de los 365 días ha obligado a los creadores de calendarios a hacer varios cambios importantes.
En el año 46 B.C., por ejemplo, Julio César instituyó un nuevo calendario que añadía un día extra cada cuarto año.
Pero para el siglo dieciséis, el calendario se había desacompasado con el equinoccio en unos 11 días. Esto era especialmente problemático para los cristianos, que usaban el equinoccio para calcular la fecha de la Pascua. Por eso, el Papa Gregorio XIII eliminó tres años bisiestos de cada cuatro siglos. Ese es el calendario gregoriano, que sigue usándose hoy.
Fuente: radiouniverso.org
Cargando elementos del blog...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 Tecladasos y Clics:
Publicar un comentario
Cruses y Porras!! x)